Conocida como diabetes limítrofe, la prediabetes es una condición metabólica que está vinculada con la obesidad y cada vez es más común en la sociedad. Si no es diagnosticada o tratada a tiempo, puede evolucionar a una Diabetes Tipo 2, de la que actualmente no se ha encontrado cura.
Se caracteriza por presentar un nivel más alto de lo normal de glucosa en la sangre, pero no lo suficientemente elevado como para ser diabetes. Por esta razón, se describe también como la “zona gris” entre el azúcar en la sangre y diabetes.
La prediabetes puede denominarse como Glucosa Alterada en Ayuno (GAA), si la persona tiene niveles de azúcar más altos de lo normal después de un período de ayuno, o como Tolerancia a la Glucosa Alterada (TGA) más alta, si tiene niveles de azúcar más altos de lo normal después de comer.
Muchas personas tienen prediabetes pero no están conscientes de ello. Esto se debe a que la afección a menudo se desarrolla gradualmente sin signos o síntomas de advertencia. En muchos casos, el paciente solo se entera de su condición cuando los síntomas de la diabetes tipo 2 comienzan a aparecer. Por lo tanto, ser consciente de los factores de riesgo es importante para empezar a hacerse exámenes médicos.
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- Tenés sobrepeso
- Sufrís de presión arterial alta, HDL bajo (colesterol "bueno") o triglicéridos altos
- Tenés un familiar cercano que tenga o haya tenido diabetes
- Sos mayor de 40 años
- Has dado a luz a un bebé que pesó más de 4 kg
Sí. La buena noticia es que los casos de prediabetes que se identifican en una etapa temprana se pueden revertir, evitando que progresen a una diabetes tipo 2.
De hecho, estudios hechos alrededor del mundo han demostrado de manera concluyente que las personas con prediabetes pueden prevenir el desarrollo de la diabetes tipo 2 al hacer cambios en la dieta y aumentar el nivel de actividad física.